viernes, 17 de febrero de 2017

Dulces sueños.

Gabriel estaba harto de su mujer, de su trabajo, de sus hijos, de sí mismo. No veía la hora de ir a dormir, era el único lugar donde era feliz. Podía ser un multimillonario y recorrer el mundo si así deseaba, o ser alguien alto y moreno de ojos café como siempre quiso. Podía se cualquiera cosa. 

Gabriel despertó y nuevamente fue miserable, vio a su mujer a su lado y ya no le daba placer siquiera verle desnuda, aquel placer que obtuvo en demasía durante los primeros años de relación. Quizá por eso se sentía deprimido, nada le daba placer. Así que a su mente vino hacer lo impensable, querer ir a un bar de prostitutas, nunca le había gustado la idea de ir, pero ya no sabía que hacer aparte de soñar. 

Entró, miró las luces del local, los muebles, la barra y a las mujeres, la mejor calidad que había visto en su vida. Pidió un escocés a las rocas y se sentó a disfrutar. 
Una chica le llamó, le preguntó si deseaba estar con ella, desde que entró le vio perdido, como fuera de lugar, y quería darle un buen trato. Gabriel accedió, fueron a una habitación y aquella rubia de pechos voluptuosos, caderas de infarto y ojos azules  en los cuales podías perderte durante horas comenzó a desvestir su escasa ropa, se acerco a él, le desabrochó el pantalón y comenzó a darle una felación. 
Gabriel fue feliz, no tenía esa sensación desde hace años. 
Tocaron la puerta, y alguien entró, era la mujer de Gabriel quien con ojos de deseo se acercó, hizo a un lado a aquella prostituta y continuó aquella mamada. 
Gabriel despertó, su mujer había aparecido en su sueño. 
Nuevamente Gabriel fue miserable, le vio a su lado y sintió desagrado, se levantó de la cama, busco su rifle de caza y se disparó. 

domingo, 5 de febrero de 2017

Corazones vestidos de signos de interrogación

- ¿Les has visto?, todos quieren saber lo que son.
Los han cogido con sus manos, los han acariciado, tomaron como una droga la esencia que emana de ellos, lo hicieron suyos, los han puesto en un altar, pero sin embargo siguen sin saber lo que son. 
Luego los besaron, les dieron una mordida para después devorarlos de un bocado, se los colgaron en el cuello y les han hecho más publicidad que a aquellos políticos comunistas, todos decían a todos que eran su invención. 
¡Patrañas!
He conocido a la persona que los creó, los ha dejado para ti, me lo dijo, quería que supieras que todos eran para ti, pero la gente los cogió antes que pudieras recibirlos en tu buzón. 
Yo sigo sin saber lo que son, pero me comentó que tu sabrías descifrarlos, ya que en su interior está el verdadero contenido. 
He tomado uno que conseguí en su mesa de noche y lo he traído para ti, sin embargo es el último, los otros que verás son imitaciones de los que debían llegar a tus delicadas manos.
No sé si sabrás nuevamente de él, o si le volverás a ver, yo no puedo ayudarte mucho ya que sigo sin saber lo que son, pero sólo tu sabrás entenderlo, no lo compartas que es sólo para ti.
Me dijo, cuando los iba a enviar, que son corazones vestidos de signos de interrogación.
Sigo sin entender a que se refería, hace mucho que mi memoria no recuerda mis conversaciones con mi otro yo.